Siempre he querido congelar el tiempo.
Detenerlo y guardarme ése momento.
Quieto, inmortalizado, frío, sin aliento, muerto.
Y así poder recordar,
las veces que quiera,
el camino, el cielo,
el frío, el cansancio,
las risas y mis pasos.
Fotografías 1,2 y 3; camino a la Fuente del Infante, Sierra de Guadarrama, Segovia.