El aire helado entraba por mi boca,
el respirar me hacia daño,
las manos no tenían dedos,
Como unidos por una cuerda,
sin perder de vista al compañero,
avanzabamos en la niebla,
El crujir de la nieve a cada paso,
rompía el hondo silencio.
recordándome que tenías pies.
Fotografías: Ascensión al Puerto El Reventón, Sierra de Guadarrama, Segovia.
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